Me detuve frente a esa línea que parecía dividir todo a un grado alarmante. La vi hacia arriba, hacia abajo; detenidamente observé su aparente centro, centímetro por centímetro traté de encontrar su cuerpo pero era más fino que un cabello. Imperceptible a mi vista pero no a mi tacto; toqué un lado, toqué el otro, creyendo que de esa manera podría palpar su unidimensionalidad, todo el mundo sabe eso "para conseguir la Unidad es necesario percibir la Dualidad"; sin embargo no lo conseguí.
Comencé a cansarme de observar la limitación del espacio, la absurda intención lineal, maligna y benévola como sólo ella. Pero no podía alejarme de allí porque tenía que cruzar esa pared y los ladrillos no cedían ante el viento que mis pestañas producían, nada los haría caer, esa línea les mantenía unidos, firmes, fríos, inmutables.
Entonces me vino al corazón una idea, que como centella cayó del cielo. Se integró rápidamente con mi tejido espiritual y comenzó a recorrer cada conducto plasmático, impulsada por una ráfaga erótica que llevó esa centella hasta lo más profundo y hasta lo más superficial de mi Yo consciente.
"¡Esa era la respuesta!"
Me coloqué de espaldas y junté mi cuerpo con la pared. Mi brazo izquierdo se tornó negro, mi brazo derecho se tornó blanco, lo mismo sucedió con mis piernas. La pupila de mi ojo izquierdo se expandió por todo el globo ocular mientras que mi ojo derecho se desteñía como si le hubiesen arrojado ácido.
Un dolor indescriptible se generó en mi frente, del ardor pasó a la quemadura, como si naciese un volcán de entre mis ojos. Comencé a sentir una protuberancia, la toqué y creí morir de dolor en ese instante. Era un ojo, uno diferente, con alas escamadas en las orillas y pétalos de loto como pestañas. De ese ojo se disparó un rayo que creó un espejo holográfico frente a mí. De repente la línea que tanto quise comprender y que ahora estaba detrás de mí comenzó a condensarse, a volverse visible. No sé cómo describirla, era luminosa dentro de su oscuridad, por muy descabellado que esto suene.
Cuando el espejo holográfico se desfragmentó, volteé y ahí estaba la línea, la había vuelto materia. Cogí con ambas manos su cuerpo y con fuerza sobrehumana tiré de ella con ambas manos. Se abrió por sí sola después de eso generando un portal triangular...
Lo atravesé.
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