14 ene 2011

"AMAR-TEAMO-RIR"



Texto con el que colaboré en Septiembre del 2010 en el evento "Testicula Ocularum: Homenaje a Georges Bataille". del Grupo Artístico "El Gran Guiñol".


Historias de amor, mitos para dos. En donde la muerte es protagonista con su falo en mano, repartiendo el pecado, alimentándose de tú y yo. Escritas con sangre, sudor, lágrimas, saliva, semen; ideas muertas que recobran la vida que les arrebató la cordura. Una de ellas que se extiende por el pecho tibio y vibrante, tan pálido que la luna ya no le mira y de tal intensidad que el sol ha decidido no iluminarle más. Otra yace a lo largo de un muslo poderoso que se adjudica la victoria de otros. Una idea más que desborda con su esencia los límites de la psique, derramada en la espalda desnuda de aquel cuerpo mundano como si se tratase del líquido salvador que mata a la sequía; desde la nuca hasta la rabadilla descansa arrullada por el sonido que producen los fluidos cuando la fuente les libera.

¡Una guillotina para llevar por favor! ¿Incluye su propio verdugo? O tendré que hacerlo todo yo, pues estoy a punto de venirme en sus bocas…

Somos putas del idilio mal logrado, tan deseado desde las entrañas más rojas, más sucias, más vivas; entrañas que gritan pidiendo un simple orgasmo, un beso de despedida y un “hasta nunca” disfrazado de abrazo. Entonces volteamos al fuego del pasado y nos quema los ojos. Arden los corazones en las hogueras de los Dioses, qué mejor leña que las ilusiones de los mortales.

Su error fue coger con el miedo mientras cogía conmigo, y su cuerpo se convirtió en piedra mientras flácido volvía a ser su pito. Sus manos pasaron a ser hielos que no flotan, sumergidos en el más corriente de los vinos. Cuando los dedos de las manos no alcancen usemos los dedos ajenos, puños completos. Estemos dispuestos por garganta y recto a protestar contra las reglas del juego. Reglas creadas para romperles el cuello, someterlas y obligarlas a lamer ídolos.

¿A cuáles ojos lo miro? Pues los que más he visto, esos que besan la luz, que se abren y cierran, ellos me hablan de mundos sin guerras donde el amor y el sexo son hermanos gemelos no separados por hombres malvados, en esos ojos suyos me veía flotar entre cielos de flores y campos de estrellas. Pero cuando éstos se transformaron en cavernas incendiadas, oliendo a azufre y colonia barata, cuando los cielos cayeron y los campos se abrieron: flores secas y estrellas opacas, ahí supe que esos ojos suyos, esos que yo prefería mirar, nunca estuvieron en lo cierto, que mentían para poder pintar mi cuerpo de blanco con su pincel de hierro.

En cambio, esos otros ojos, los que besan la oscuridad, que cuelgan y lloran aprisionados en cárceles de algodón porque se les prohíbe la libertad debido a su instinto animal; esos péndulos que irónicamente no saben de tiempo ni respetan los cuerpos; esos que mueren con dientes de plata y de ésta otros objetos. Esos ojos suyos del haberno que causan calamidad entre bocas de ajenos, dejando su marca que no es un número ni un símbolo sino un recuerdo, de los más peligrosos, de los más bellos.

Esos otros ojos, vergüenza del Eterno, que tanto me buscan, que tanto intentan verme pero que alejo de repente por temor a perderme en ellos. Esos ojos suyos, los que parecen estar siempre relegados son los mismos que le guían por el mundo. Los que prefería no escuchar aunque en realidad nunca me mintieron, los que prefería no besar para no morir con su veneno.

Ahora los entiendo, su verdad de ojos, su verdad no absoluta, su verdad de sexo, cuidando y protegiendo la oscuridad, perforados, encadenados, vueltos esferas del Destino cubiertas de celos.

¿Coger con la bella mentira o coger con la horrible verdad?



1 comentario:

Tu viajero dijo...

Sexo, sexo y más sexo. El mundo vive rodeado de el. Pero quién de todo ese mundo sabe realmente apreciar lo que es. ¿Existe un momento perfecto? En esas dos personas puedan forma una sola, donde las almas y espíritus se compaginen para crear energía, donde la luz de ambos se torne en un incandescente lucero, ¿será que existe? O ahora todo se resume en cruce de miradas para pasar a los besos y terminar con un simple momento de sólo sexo, banal, mísero y sin sentido. El mundo ha cambiado, pero no quiero cambiar con el, me resisto pero en el camino ya quedan pocos viajeros más que se guían buscando a las estrellas.