14 ene 2011

"El que fue pastor y ahora es oveja"




Texto incluido en el evento "Cisticerco Decembrino" del grupo artístico "El Gran Guiñol" en Enero de 2011.



No es culpa suya que su cuerpo haya sido clonado de manera despiadada con máquinas hechas de fe falsa. Tampoco es culpa nuestra que nos hayan dado uno a cada quien, como robots que nacen para servir al humano cuando éste es el único esclavo.

¿Y qué haces con la carne momificada de alguien que ahora es sólo un recuerdo? La conservas en la habitación, como un mueble más, vistoso pero sin anhelos.O si prefieres puedes conservarla en alcohol y hielo para comerla cuando estés exhausto y hambriento después de cumplir con tus horas de perverso, cuando tengas antojo de un pequeño refrigerio. Cuando no tengas más alimento que tu propia carne, que no se compra con dinero sino con sexo. Entonces su sangre coagula, sus costras cada vez más fuertes y duras, gestadas del gigante Orgullo que tropezó huyendo del diluvio.

Todos dicen amarlo mientras colocan un clavo más en sus pies y manos, para que no se vaya, pues temen que la soledad posea sus almas y que éstas se conviertan ene putas baratas, como si hubiesen olvidado que ya lo fueron en el pasado; así que hay que decirles: "no os preocupéis hermanos, sus almas son las perfectas damas de compañía para el Villano, son sucias, enfermas, hipócritas, pero ¡ah qué bien sincronizan la lengua con sus labios!".

¿Por qué no crean una fragancia? Los diseñadores de todo el mundo entraría en pánico con ese olor a maderas roídas, metales oxidados y la más pútrida carne humana. Que se rocíen con ella los "Elegidos" al banquete del Señor, el perfume radiactivo impregnará huesos, piel, se filtrará por todos los rincones del cuerpo hasta llegar al corazón: corazón flameante, corazón cobarde, corazón ardido. Sería la sensación entre los clérigos, se arrancarían las vestimentas finamente ornamentadas para conseguirlo, un afrodisiaco para su orgía litúrgica, y un pretexto para pecar en el sentido tan torcido que tienen acerca de lo prohibido.

Si reencarnara, y en la nueva carne consciente de sus genes antigüos, de su pan y su vino, de sus amantes y discípulos. Si paseara sus sandalias por el frío concreto extrañaría el calor de la arena que alguna vez quemó sus puños. "¿Por qué celebran mi Natalicio?..." se preguntaría sorprendido, "si soy el más ausente, de mí mismo, moribundo mendigo". Y para sanar el maleficio de esas penas corta-venas se tiraría a cada uno de los vicios: más alcohol para el Mesías, hasta que se tornen rosadas esas mejillas; más marihuana para el Mesías, hasta que escriba con su propia pluma su surreal biografía; más sexo para el Mesías, hasta que se le pueda culpar a Él como principal difusor del SIDA... y así, más y más, que se vuelva un autómata consumista como todos querrían.

Le han arrebatado su divinidad y en su lugar dejaron superstición y temor. Pero quien teme es Él, somos el objeto de sus miedos. Sus palabras son disfrazadas, su imagen ridiculizada; se ha vuelto el Santa Claus sangrante, austero y miserable. Pobre hombre al que le rogamos por compasión y no le ofrecemos más que saliva y sudor.

No es culpa suya que su cuerpo haya sido profanado por hombres avaros. Tampoco es culpa nuestra que nos hayan quitado nuestro imaginario de serpientes con plumas, flores del campo, calaveras vengadoras y otros tantos ídolos paganos. No busquemos culpables, recordemos: alguna vez lo hizo un grupo de tiranos, con sus modernos artefactos torturaron hasta la muerte; así nosotros ahora pero peor, pasivamente.

Pero qué importa, que cada pecado siga siendo nuestro guía.

Cojamos, cojamos: debemos sobrepoblar este mundo y enfermar a la persona de al lado.
Durmamos, durmamos: "¿por qué yo?" que alguien más se haga cargo.
Comamos, comamos: hay que dejar limpios los huesos del pavo.
Odiemos, odiemos: más vale ser respetado (temido) que ser amado.
Deseemos, deseemos: "¡lo quiero! debe ser mío" gritamos desesperados.
Adquiramos, adquiramos: hay que llenar nuestros bolsillos con cada centavo.
Alabémonos, alabémonos: "Yo soy Dios y todos ustedes mis marionetas, insignificantes seres humanos".

Nació de un vientre rentado, de madre mustia y padre abnegado. Dicen que lo enviaron a salvarnos y posiblemente así fue, dicen que es el Hijo del Padre pero ¿no somos lo mismo nosotros? ¿acaso?

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