29 nov 2008

Retraso Sentimental

Va más allá de un retraso mental, que si fuese dicho caso resultaría inclusive irrelevante para mí. No estaría pues escribiendo estas líneas que si bien no tienen la coherencia fingida sí cuentan con la demencia que he adquirido. He confirmado las sospechas que me atacaron desde el comienzo de la pérdida de cordura, y es que la locura es en cierta forma parte de mi naturaleza, pero ha sido a causa de aquellos entes circundantes que esa pizca de locura incluida en la materia se convierta en la especia sobrante que amarga la ya de por sí insípida mezcla. Prácticamente son ellos los responsables del desequilibrio neuronal en un recipiente presuntamente tan poderoso que no hay nadie que logre abrirlo y adueñarse de su contenido.

Pero la insana mente no es motivo de escritura, al menos no en ésta ocasión.

Vuelvo a referir aquello peor que el retraso mental: el retraso sentimental. ¡Piedad para aquél que lo padezca! Es una incapacidad, la limitación de limitaciones que corta cabezas ajenas para después arrancar sin misericordia los corazones convalecientes cuyos cuerpos generalmente han sido utilizados para inimaginables actos, casi al grado de intentar exterminarse ellos mismos: “todo sea por no ser” dicen los cuerpos.

Tal es la ironía que embarga la situación que no queda más que risas y sátiras a su paso, mira que hablar de una incapacidad a su vez capaz de matar al prójimo y cercano es como contar un chiste al propio payaso.

Corrijo mis palabras: “¡NO piedad para aquél que lo padezca!” Que se aplique sobre el enfermo la misma tortura de la que ha sido victimario. Sin anestesias basadas en sentimentalismos porque al final resultaría alimento para el hambriento y no castigo para el criminal. Que con las cadenas ardientes se le ate al poste de la justicia, para que con piel quemada se nutran los vagabundos y con los gritos de angustia se regocijen las aves fénix a las que les privó de su voz y sus cenizas.

Pero que no muera…

A menos que el porvenir sea un ciclo infinito, una rueda giratoria de la infortuna para el verdugo, ese retrasado sentimental.

1 comentario:

Anónimo dijo...

=( si, muerte a los que nos hacen llorar y creen que no pasa nada, que los hagan sufrir de la misma manera que nosotros sufrimos, no hay peor dolor que ese, ni si quiera un ojo morado. Beso mi niño!