Me deshidrato lentamente mientras las fieras se acercan. El eco de sus aullidos me lo advierte. Estoy solo rodeado de las rocas azul celeste, con mi mano derecha ocupada por el objeto de un futuro que ahora es presente.
¡Que nadie venga a verme! Pues el temor de que mis lamentos causen lástima es muy fuerte. ¡Necesito del néctar transparente! Y olvidar que este castigo no es inducido por mi mente sino por mi cuerpo inerte.
(...analogía vergonzoza encontrada en las notas de mi teléfono móvil.)
1 comentario:
Saludos de nuevo, he decidido tragarme mis palabras (otro comentario)y vomitarlas como se tira todo lo desagradable, lo que te hace daño, lo que pueda matarte, el cuerpo y en este caso la mente, es sabia, pues nos advierte lo dañina que puede ser la mentira o el engaño.
Disfruta tu sufrimiento sin caer en masoquismo, aliméntate de la dulce realidad en que vives, el sol nace para los que anochecen y eso siempre está por verse.
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