17 oct 2010

Picnic




El pasto se siente tan suave cuando escuchas a CocoRosie y las flores te sonríen, y el polen en tus oídos crea sonidos mágicos. Entonces ese sonido hace que te transportes a un salón inmenso, donde tienes que bailar un vals interpretado por la Sinfónica del Universo.


Ya estás bailando pero te encuentras solo, ahí no hay más que un espejo.


Pides al arquitecto que te construya un dueño. Pides al pintor que te pinte un caballero vestido de príncipe, aunque sea un disfraz. Y pides al poeta que te describa ese ser en un verso:


"Pero en un solo verso no cabe 'señito', le manejo también lo que viene siendo la prosa y el cuento".


"No gracias" le dices. Y sigues en la búsqueda, ya fuiste con el herrero (Robocop), ya fuiste con el carpintero (¿Jesús o Gepetto?). Pero sigues sin bailar; el salón te espera, como en la Bella y la Bestia. Vestida de pastel si eres mujer, vestido de noble si eres varón.


Hasta que se aparece un desconocido de tierras incendiadas y te pide que le concedas una pieza. ¡Es él, es él! Llévalo a la discoteca. Que te pongan a Madonna, a Kylie y a una que otra diva que se cree inglesa. Y si te besa, asegúrate de que sus labios no tengan veneno...


Pero acá entre nos, sabemos que todo esto sólo ha sido un sueño. Yo que tú mejor no despierto, o si lo haces, no abras los ojos.

1 comentario:

Dédalo dijo...

Ves a lo lejos el campo, lleno de ese pasto hipoalergénico y flores bonitas. Un paso más te devuelve a la realidad. No sos burgués y ese pasto tiene cerca electrificada. Pones unas cumbias en tu MP5 chino y bailas mientras terminas de barrer el piso. Piensas en piratearte la letra de una canción. Con esa caerá Vanesa, segura que ahora sí va a querer bailar contigo y luego te las va a dar en un baldío. Y si no, de todos modos ya te la imaginaste... vas al baño y tomas un bote de vaselina

Que lindo es soñar.